Introducción

"Si se sirven hoy nuestros campesinos de los mejores arados
y de las máquinas más adelantadas que la Europa y
los Estados Unidos han aplicado a la labranza,
¿por qué no nos serviremos igualmente de los medios
más perfectos para educar a nuestros hijos".
Domingo F. Sarmiento
Caligrafía, Tomo XXVIII, Pág 289

Desde que se abrió el servicio comercial en la Argentina, hacia mayo de 1995, muchas voces se han escuchado en el sentido de aseverar que "Internet es un gran medio educativo".

Sin embargo, en sí misma, y desprovista de consideraciones secundarias, Internet es simplemente (lo cual ya es mucho) un excelente medio de comunicación.

Quizá sólo comparable con la invención de la imprenta, que le dio perdurabilidad y masividad a las ideas, y con el teléfono, que estableció la interactividad entre los usuarios, Internet es hoy el medio que, simbióticamente, reúne a sus dos predecesores, permitiendo a usuarios de todo el mundo comunicarse entre sí, a la par de poder plasmar sus ideas a la consideración de los restantes a costos casi nulos.

Y así como el invento de Gutenberg generó una enorme explosión de información (en función de que los libros se reprodujeron rápidamente a un bajo costo), lo cual luego se tradujo en ese extraordinario período que fue el Renacimiento, y a su vez en el redescubrimiento de los textos de la Antigua Grecia y Roma; y posteriormente el teléfono facilitó no sólo el "acercamiento" entre las personas sino también una era de espectacular crecimiento y desarrollo económico de los pueblos, Internet se presenta hoy como la gran bisagra que seguramente provocará sustanciales cambios en el devenir de la Humanidad, como una nueva frontera, un nuevo mundo a explorar y a descubrir.

Especialistas de las más diversas áreas, como el diseño, el marketing, la publicidad, la comercialización y el periodismo, entre otras, han tratado en estos últimos tres años de vertiginoso y exponencial crecimiento de usuarios conectados, de encontrar los métodos y las formas de atraer clientes y consecuentemente negocios "vía Red".

Con objetivos totalmente diferentes, pero no por ello menos deslumbrados ante las enormes posibilidades que Internet ofrece en cada una de las áreas del saber y el comportamiento humano, los educadores vemos que ese gran medio de comunicación puede transformarse en un excelente recurso educativo en tanto y en cuanto existan y se desarrollen los contenidos adecuados. Tal como ocurrió, haciendo una analogía, con el advenimiento de la computadora y las expectativas de los docentes en pos del soft educativo, o las aplicaciones de integración curricular.

Y éste es el gran meollo de la cuestión: así como en Internet (específicamente en la Web) existe una abrumadora preponderancia de sitios de carácter comercial, dotados de las más avanzadas herramientas y técnicas de diseño, con personas dedicadas en exclusividad al mantenimiento y actualización diaria de los usuarios, en contrapartida los sitios web destinados a la educación son una minoría.

Si a este panorama le acotamos aquellos que están desarrollados en idioma inglés, los educadores y alumnos hispanoparlantes veremos que ese "excelente medio de comunicación y divulgación" del que todos hablan maravillas, es hoy todavía un pálido reflejo de lo que efectivamente debería ser.

Por ello, como con toda herramienta que se pone a consideración de los docentes, es necesario que ellos se capaciten en el empleo de la misma a fin de conocer sus alcances y limitaciones, pues si de evolución en la educación hablamos, ésto sólo llegará a producirse efectivamente cuando los docentes se involucren plenamente.

Este libro, justamente, apunta hacia este fin. Está pensado para el docente que transita las aulas diariamente y quiere renovar sus clases con el uso de las nuevas tecnologías de la infomación. Sin embargo, "Internet y Educación: Aprendiendo y Enseñando en los espacios virtuales" no es un Manual de Internet en el sentido estricto del término. En principio porque no pretende serlo a la luz de los muchos y muy buenos textos que al respecto han aparecido en los últimos meses, y en segundo término porque los especialistas de la educación esperan algo más que una descripción de comandos o menúes de programas. De todas formas, y en virtud de que la idea primigenia de realizar un libro de estas características no era para teorizar sobre su uso sino para dar pautas concretas del uso e implementación de Internet, en varias oportunidades a lo largo del texto se brindan los elementos básicos de los programas que se han tomado como modelos para trabajar los diferentes servicios de Internet.

De esta forma el libro está compuesto en tres partes bien diferenciadas. En la Primera Parte, el lector tendrá la ocasión de conocer Internet "a partir de cero" desde una óptica no técnica, tratando de evitar en lo posible el continuo bombardeo de acrónimos que en este rubro impera, y describiendo cada uno de los servicios más comunes hoy en día en Internet con datos y direcciones actualizadas.

En la Segunda Parte, ya para quienes se han adentrado en los primeros pasos en el ciberespacio, se brindan los elementos necesarios para diseñar, construir, publicar y publicitar una página en la Web.

Finalmente, y he aquí el carácter distintivo de este libro, en la Tercera Parte se aborda Internet como recurso educativo, en sucesivos capítulos desde donde se analiza el sustento pedagógico de Internet, para luego reseñar una cualificada lista de sitios y direcciones que pueden tomarse como una fuente de motivación para que los docentes tengan un punto de partida desde donde comenzar su trabajo.

Esto es sumamente importante, en especial para los neófitos en la temática, ya que elimina el conocido "vagabundeo" al que es sometido el usuario que desea ver cuál es la efectiva utilidad de esta herramienta en su tarea cotidiana.

De todas formas, y en virtud del carácter siempre dinámico y cambiante de Internet, y de la voluminosa información que en ésta se encuentra, "Internet y Educación..." tampoco pretende ser el "vademecum" al respecto. Seguramente al momento de aparecer este libro en la calle, muchos sitios ya estarán dados de baja, o habrán cambiado de lugar, y muchos otros habrán visto la luz. Es el precio que se debe pagar al escribir sobre cuestiones tan novedosas como cambiantes en espacios cortos de tiempo. Pero vale la pena hacerlo.

Agradecimientos

Cambiando la redacción de este apartado hacia la primera persona, debo decir que en el devenir de este libro, comenzado el 2 de enero de 1997 y finalizado el 19 de marzo de 1998 (con un impasse de unos tres meses producto de haber organizado las Jornadas de Informática Educativa JIE'97), varias personas me han ayudado aportando ideas y tiempo. En especial debo mencionar a los integrantes de la Organización Horizonte, María Inés Kiernan y Alejandra Zangaro en la transcripción de los originales y corrección de los borradores; a María Susana Espiro, Silvia Peralta y Cristian Rizzi en las sugerencias e ideas acerca de los contenidos; a Juan Carlos Asinsten por la confección de la portada y el capítulo destinado al diseño de páginas web; y a mi amiga y colega Rosa Kaufman por su afectuoso Prólogo. A todos ellos, y a quienes a lo largo de estos quince meses me fueron incentivando para que "salga el libro": muchas, muchas gracias.

Es mi más ferviente deseo que este libro sea de utilidad a toda la comunidad educativa argentina.

 

Jorge Rey Valzacchi

Buenos Aires, 19 de marzo de 1998